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Desde los primeros tiempos en el Antiguo Egipto hasta finales del siglo diecinueve todas las sillas fueron fabricadas artesanalmente. Con la revolución industrial, los grandes señores terratenientes que eran los únicos poseedores de toda tipo de muebles. Vieron surgir una clase media de trabajadores en la industria, que demandaba bienes de consumo masivo y es así como Michael Thonet carpintero Austriaco fabricante de muebles, en 1830 desarrollo una silla de solo 6 partes en madera doblada mediante vapor, ensamblada con 10 tornillos, tuercas y arandelas; barata, de rápida fabricación, cómoda, liviana, durable, fácil de armar y transportar. Rápidamente se convirtió en uno de los productos más exitosos del Diseño Industrial. En 1841 patentó el sistema de impregnar en cola, las barras y listones de madera, someterlas a calor, vapor y humedad para volverlas flexibles y así introducirlas en moldes a presión donde se dejan enfriar lentamente conservando la forma deseada. Fue el primer mueble que se pudo empacar en una caja plana y como tal se repartió por todo el mundo. A nuestros pueblos llegaban a lomo de mula sin ningún problema.
El príncipe Metternich del Imperio Austro Húngaro lo apoyó muchísimo y ganó todos los premios en las Ferias de Londres, Paris y Koblenz. Hasta 1939 se habían producido 50 millones de sillas en sus fábricas. Con el mismo sistema se siguen fabricando infinidad de modelos como mecedoras, sillas giratorias, bancas y butacos. Los intentos de reproducirlas en tubería de hierro y aluminio no son muy afortunados.
En las pinturas de los impresionistas como Renoir y Lautrec esta silla es parte importante del ambiente creado.